Los líderes de la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) han pactado este martes una declaración final conjunta sin Nicaragua que expresa preocupación por la guerra «contra» Ucrania, pero que evita mencionar a Rusia o condenar la agresión militar para salvar las diferencias con los países latinoamericanos.

«Expresamos nuestra profunda preocupación por la guerra en curso contra Ucrania, que sigue causando un inmenso sufrimiento humano y está exacerbando las fragilidades existentes en la economía mundial, limitando el crecimiento, aumentando la inflación, perturbando las cadenas de suministro, aumentando la inseguridad energética y alimentaria y elevando los riesgos para la estabilidad financiera», recoge la declaración final en la cumbre.

En todo caso, para concitar el apoyo de los socios latinoamericanos evita el lenguaje más duro con el que Europa suele referirse a la guerra de agresión rusa en Ucrania. El texto final ha salido adelante como declaración de bloque con una nota a pie de página que indica que fue respaldada por todos los países, «con una excepción», en referencia a Nicaragua, al que no nombra.

Igualmente, en el documento final la UE y la CELAC ponen de manifiesto su apoyo a «todos los esfuerzos diplomáticos» encaminados a lograr «una paz justa y duradera en consonancia con la Carta de las Naciones Unidas».

«No fue el objeto de esta cumbre, y no fue lo que nos ocupó en esta cumbre, y tampoco nos detuvo el problema de Ucrania para avanzar en las cosas que teníamos que avanzar», ha subrayado el presidente argentino, Alberto Fernández, en rueda de prensa posterior a la cumbre. Y aunque ha reconocido que hay «alguna voz disidente» en el continente, ha negado que Latinoamérica tenga un «resquemor» respecto a Ucrania, cuando la «mayoría» de países de CELAC denunció la invasión rusa en Naciones Unidas.